domingo, 25 de noviembre de 2007

Romanticismo y erotismo

Cuando he visto esta foto del siglo XIX he experimentado una mezcla de sensaciones... Primero me ha parecido una foto de cementerio, oscura y lúgubre. Pero cuando he terminado de asumir con naturalidad que ella no era más efímera de lo que lo soy yo ahora, he empezado a deslumbrarme con el erotismo que desprende la imagen de la muchacha. La curva joven de los pechos, la delgada y marcada línea del labio superior, la mirada oscura de la época, la cinta negra sobre el cuello suave...
Es la magia de la fotografía, que permite captar la belleza de lo efímero y hacerla perdurar durante siglos.


Nana para dormir a un negrito


Ninghe, Ninghe, Ninghe... tan chiquitito,
el negrito que no quiere dormir.
Cabeza de coco, grano de café.
Con lindas motitas,
con ojos grandotes
como dos ventanas que miran al mar.

Cierra los ojitos,
negrito asustado.
El mandinga blanco te puede comer
¡Ya no eres esclavo!
Y si duermes mucho,
el señor de casa promete comprar
traje con botones para ser un "groom".

Ninghe, Ninghe, Ninghe... duermete negrito.
Cabeza de coco, grano de café.






domingo, 4 de noviembre de 2007

Felicidad


Lo único que sentía ella en su terrible estado mental era felicidad. Una felicidad pura, tan densa que asustaba su sobrenaturalidad. La causa era un problema cerebral que la había llevado a un estado de ensoñación constante.

Al resto de personas, se les planteó el dilema sobre la necesidad de curación de aquella mujer... "Vivimos en una búsqueda constante de la felicidad. Ella está en la soñada meta de todo humano.", explicaba al mundo en un periódico un famoso escritor. Por otra parte, algunos religiosos tuvieron la osadía de afirmar que lo más parecido al cielo es lo que aquella triste mujer estaba padeciendo.

Yo no soportaría ser incapaz sintonizar con el melancólico estado de ánimo de Chopin cuando compuso este maravilloso nocturno en do menor, me sentiría tan infeliz...