sábado, 19 de julio de 2008

Libertad


Me gustaría poder elegir lo que me gusta y lo que no, y es que cuando el querer y el poder coinciden, todo es más sencillo. Claro, que también todo es mucho más aburrido.

Me gustaría levantarme por la mañana, ver que hace un tiempo de perros, y decidir que me apetece que el día sea así. Llegar a desayunar, ver que no queda café, y decidir que lo que me apetecía era un colacao. Salir en coche de mi casa, y en vez de odiar un día más el tráfico de esta ciudad, decidir que quiero disfrutar agradablemente de las gotas resbalando por el cristal.

Me gustaría decir un lunes, "hoy me gustan los lunes", me gustaría mirar mi cuenta corriente, y decidir que me encanta tener poco dinero; eso sí, si cinco minutos después me toca la lotería, con la mayor frialdad, me gustaría decidir que entonces lo que me apetece es estar forrado.

Lo ideal sería escoger a la persona de la cual te enamoras, ¡la de sufrimiento que se ahorraría el mundo!. Claro está, que eso no lo decidimos nosotros... y sin embargo, podemos incluso poner patas arriba nuestra vida por culpa de alguien de quien nunca decidimos enamorarnos, sino que simplemente sucedió así de forma ajena a nuestra voluntad... ¿y quieren que me crea que soy yo quien decido mi vida?
...

Aunque sinceramente, por otro lado me resulta tan insoportable la falta de contraste, la ausencia de tensión entre el poder y el querer, el ying sin el yang, que he de reconocer que todo lo que he dicho anteriormente es mentira. Aunque me gustaría que no lo fuera...

martes, 15 de julio de 2008

Teoría de la relatividad


Hace poco, charlando con una amiga, surgió una de esas conversaciones sobre la vida que gusta tener cada cierto tiempo, y desembocó en el recurrente tema: qué rápido pasa el tiempo.

Cada vez, los días pasan más deprisa y el tiempo se va comprimiendo más y más. Concluimos (o concluyó) que la razón, es que los días cada vez los vemos más cortos al compararlos con nuestra extensiva vida, como un goteo constante sobre un mar cada vez más amplio.

La vida eterna, por tanto, se convierte en una siniestra prisión: todo intervalo de tiempo resultaría totalmente insignificante. Menudo sin sentido, teniendo que sufrir cada siglo, o cada milenio, la insignificancia de todos nuestros instantes.

En un camino kilométrico, dos centímetros son insignificantes. Junto a la boca, dos centímetros pueden resultar kilométricos. Para un bebé de una semana, cuatro días es media vida, para un anciano octogenario, un año ya no es nada.

Así que, señores, viajando por el tiempo vamos, sí, pero cuesta abajo y sin frenos.
...

Timeworm - Kula Shaker

Oh brother please. we are born to this world again,
How can we see when we're travelling in time?

Love is the key, and the key is the name my friend,
When will we see that we're travelling in time?

Know that your soul is on fire like a million suns,
Burn like a star and be travelling in time.

...

Por cierto, el 15 de agosto toca este maravilloso grupo en el Ola Festival, en Almería. Allí nos veremos.


Verano otoñal II

Sumo y sigo...

Mis sospechas se confirman. Viendo la tele me encuentro un anuncio de Mastercard (bonito por cierto) donde suena en plena playa el ruidoso piano de Lorca cantando con La Argentinita la "Nana de Sevilla". Esta música tan marrón produce más ganas de pasear sobre hojas muertas que de tomar el sol...

¿Es o no una conspiración? A mí no me la cuelan: estamos en otoño.

Verano otoñal


Este verano, la verdad, se está presentando muy otoñal.

Ni la temperatura, ni el ambiente, ni siquiera las noches son noches de verano. He pisado la playa, pero el agua estaba fría... y al atardecer el sol destelleaba un rojo demasiado sospechoso. Es como si una conspiración secreta quisiera disfrazar inútilmente un otoño interior con sombrillas de playa y helados.

Siempre me apetece escribir en el blog en otoño, me parece la estación más apropiada, y sin embargo aquí estoy, en pleno Julio, soltando estas locuras por la tecla.

Para colmo, este Juliotoño me suena todo a gramola. A todo le encuentro el viejo ruido arenoso del vinilo. Como si todos los sonidos veraniegos caminasen por senderos de hojas secas y llegasen a mis oídos completamente otoñales... No es buena fecha para dejar caer las hojas, pero parece ser que no tengo elección.

Estoy pensando, por otro lado, que quizá mi ritmo interno se adelantó este año una estación completa, porque la primavera me pareció alegremente veraniega, y el invierno me pareció más bien de una belleza primaveral...

Qué cosas.

lunes, 14 de julio de 2008

Emoción Sinestésica


Receta para percibir el Amarillo Verdoso Oscuro:

- Acuéstate un ratito a la hora de la siesta en silencio, y espera tranquilamente a entrar en ese estado de ensoñación que acontece justo antes de perder la consciencia del todo.

- Rebusca entre lo más profundo de tí aquellos sentimientos que has tenido en los últimos días (o semanas) que te han dejado con algún tipo de alegría melancólica, e intenta ir recordando las palabras que como garfios se te fueron quedando enganchadas al corazón y no consigues borrarte de la cabeza (de la cabeza subconsciente, claro).

- Habiendo empatizado ya con tu yo de hace varios días, ahora hay que empezar a imaginar música y colores... Lo primero que venga será lo ideal. Sonidos de piano azules, oboes rojos, voces femeninas verdes, guitarras puntiagudas, percusiones multiformes...

- Tarde o temprano aparecerá desde lo más profundo el Amarillo Verdoso Oscuro si lo que sentiste realmente fue alegría melancólica, recordarás Hoppipolla (Sigur Ros - Takk), te vendrá olor a tierra mojada, y disfrutarás durante algunos pocos segundos esa sensación con sabor agridulce antes de dormirte y alejarte del todo.

...

Nota: Esta receta me sirve a mí, y de hecho sólo me ha servido una vez (hace un rato). Así que no ofrece ningún tipo de garantías. No obstante, queda totalmente recomendada la experiencia.