viernes, 22 de agosto de 2008

Norte


¿Quien de estos señores es el loco que no camina en la dirección correcta?

Cada cultura, cada individuo, incluso cada parte de nosotros parecen caminar en una dirección distinta... pero el norte no está claro.

Cada vez que me asomo al mundo veo personas, paises, religiones, políticos, o ideas caminando por escaleras imposibles, e intentando imponer su criterio como verdad universal. Me resulta gracioso imaginar a los monigotes de este dibujo de Escher discutiendo entre ellos, argumentando (dios sabe cómo) por qué su dirección es la correcta, "la verdadera"...
...
¿Todo vale? Pues habiendo tolerancia en todas las partes (ese es mi norte), no veo por qué no...

Siluetas


Suena chocante: No percibimos "el mundo", sino una sombra de él... Una sombra sonora, una sombra luminosa, una sombra olorosa, una sombra gustativa, una sombra táctil...

A veces, creemos estar tratando con una persona, y olvidamos que no tratamos con ella, sino con su sombra proyectada sobre nuestra superficie interior (más o menos irregular). En otras ocasiones, la persona en cuestión es la que olvida que está siendo proyectada sobre una superficie "desconocida", potencialmente desfigurante... Todo son siluetas y más siluetas (mentes en mutua distorsión). Una misma escena puede resultar pacificadora, esperanzadora, esperpéntica, desastrosa, triste, o aceptable.

Y es que somos complejos... tenemos una parte real, y una parte imaginaria. Nuestra parte real ahí está, pero es invisible, y nuestra parte imaginaria, que es lo único que se nos ve, no es constante... es una función que depende de la persona que nos mira.

...

Esta reflexión, (tan parecida al mito de la caverna del siniestro Platón) tiene una moraleja... Si lo único que somos capaces de percibir, y lo único que somos capaces de proyectar son siluetas, entonces, en la práctica, somos eso: siluetas...

Cuando el cuerpo físico (el que nadie es capaz de percibir) finalmente se vaya para siempre, lo único que quedará de nosotros es el recuerdo de nuestra silueta...

*We will become silhouettes*
-Postal Service-

I've got a cupboard with cans of food, filtered water,
And pictures of you and i'm not coming out
Until this is all over
And i'm looking through the glass where the light bends
At the cracks
And i'm screaming at the top of my lungs pretending
The echoes belong to someone
Someone i used to know

And we become silhouettes when our bodies finally go
Ba ba ba...

I wanted to walk through the empty streets
And feel something constant under my feet,
But all the news reports recommended that
I stay indoors
Because the air outside will make our cells
Divide at an alarming rate until our shells
Simply cannot hold all our insides in,
And that's when we'll explode
(and it won't be a pretty sight)

And we'll become silhouettes when our bodies finally go
Ba ba ba...
And we'll become silhouettes when our bodies finally go
Ba ba ba...
And we'll become silhouettes when our bodies finally go
Ba ba ba...
And we'll become silhouettes when our bodies finally go
Ba ba ba...

And we'll become
And we'll become



lunes, 4 de agosto de 2008

Recien sacado del horno...

www.myspace.com/diecinuevespace

Queridos blogueros, jamás os dije que soy bajista en un grupo, y por fin tengo excusa para ello...

Recién horneado en el blog de Luismi me encuentro esta opinión/crítica/testimonio sobre nuestra actuación el otro día en Torrox (Málaga). Podrá sonar pretencioso copiar íntegramente su texto hablando sobre nosotros, pero lo hago a modo de recuerdo, como quien fotografía un regalo antes de abrirlo o quiere conservar para la posteridad la carta de un amigo.

Ahí va eso... (de El cuarto "round")

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DESDE EL HELIOCENTRO, HASTA EL CORAZÓN

Si no hubiera sido porque tenía la certeza absoluta de que a esa hora no iba a contestarme al teléfono, hubiera llamado a “Q” unos cinco segundos después de que empezaran a tocar “Glaciar”… (¿Cuál sino esa podían haberme dedicado; esa “con un toque MAGA tan chulo”…?). Merecía la pena ese pellizco al saldo. Vaya que si la merecía…

DIECINUEVE (el nombre ya es toda una declaración de intenciones), antes “Mercurio”, juntos desde hace ya unos años y provenientes de Almería y Murcia, lo conforman Emilio (bajo y coros), Juanfran (guitarra y voces), Salas (teclados), Miguel (batería) y Antonio (guitarra y –si me permite- sublimes “atmósferas” eléctricas). Con una humildad que en principio, y prejuiciosamente, no se le presupondría a una banda con casi 30.000 visitas en su Myspace, una trayectoria tan sólida y una entrada tan fulminante y clara en la fase final del Concurso de Maquetas de “Booking Bolero” (algo que no les vendría grande, tras acabar finalistas del concurso Astoria en abril, en la Sala Nasti de Madrid), se nos presentaron el viernes en Torrox, para (y no exagero) marcar un punto de inflexión, un antes y un después en el coqueto escenario que Dani monta cada viernes para acoger a los aspirantes al premio final.

Diecinueve puede sonar a Maga, sí… suena a Niños Mutantes, suena a Skimo, te puede hacer evocar a La Habitación Roja o incluso a Malahora, sí… eso se podría decir tras una primera y superficial escucha (y con la intención clara, ya no de comparar –todas son odiosas- sino de homenajear y reconocer); pero cuando les ves en directo, defendiendo sus temas (y sus maravillosas letras en castellano), y viviéndolos (no sólo interpretándolos), te das cuenta instantáneamente de que Diecinueve suena, sencilla y llanamente, a Diecinueve. Y ésta es, precisamente, su mayor grandeza.

Desde 2006, cuando “Principio de Parsimonia” debutó en enero y luego tuvimos la suerte de verlos en Benalmádena, jamás otro grupo me había emocionado tanto en directo, nunca antes había tenido tantas ganas de que el “set-list” del concierto fuera interminable, de que la noche se prolongara hasta límites insospechados. Sin ser un crítico musical en sentido estricto (afortunadamente), me atrevo a decir que, al menos en la escena andaluza, Diecinueve hereda orgulloso el testigo del indiepop que los todopoderosos e insignes “Planetas” hace ya un tiempo comenzaron a ceder generosamente a la práctica totalidad de los grupos mencionados en el párrafo anterior.

Si la despiadada maquinaria del “colegueo” y de la industria mercantilista se duerme y se despista sólo lo justo, no será difícil, en cuestión de muy poco, escuchar hablar de este grupo al nivel que se merece; escuchar, en general, a este grupo, haciendo lo que mejor hacen, en los escenarios en los que un sitio de privilegio ya les está esperando…
Yo podré decir entonces (más henchido que ahora, pero igual de orgulloso): “…a mí me dedicaron un día “Glaciar”…”.
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Gracias Luismi por el regalo.