Queridos blogueros, jamás os dije que soy bajista en un grupo, y por fin tengo excusa para ello...
Recién horneado en el blog de Luismi me encuentro esta opinión/crítica/testimonio sobre nuestra actuación el otro día en Torrox (Málaga). Podrá sonar pretencioso copiar íntegramente su texto hablando sobre nosotros, pero lo hago a modo de recuerdo, como quien fotografía un regalo antes de abrirlo o quiere conservar para la posteridad la carta de un amigo.
Ahí va eso... (de El cuarto "round")
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DESDE EL HELIOCENTRO, HASTA EL CORAZÓN
Si no hubiera sido porque tenía la certeza absoluta de que a esa hora no iba a contestarme al teléfono, hubiera llamado a “Q” unos cinco segundos después de que empezaran a tocar “Glaciar”… (¿Cuál sino esa podían haberme dedicado; esa “con un toque MAGA tan chulo”…?). Merecía la pena ese pellizco al saldo. Vaya que si la merecía…DIECINUEVE (el nombre ya es toda una declaración de intenciones), antes “Mercurio”, juntos desde hace ya unos años y provenientes de Almería y Murcia, lo conforman Emilio (bajo y coros), Juanfran (guitarra y voces), Salas (teclados), Miguel (batería) y Antonio (guitarra y –si me permite- sublimes “atmósferas” eléctricas). Con una humildad que en principio, y prejuiciosamente, no se le presupondría a una banda con casi 30.000 visitas en su Myspace, una trayectoria tan sólida y una entrada tan fulminante y clara en la fase final del Concurso de Maquetas de “Booking Bolero” (algo que no les vendría grande, tras acabar finalistas del concurso Astoria en abril, en la Sala Nasti de Madrid), se nos presentaron el viernes en Torrox, para (y no exagero) marcar un punto de inflexión, un antes y un después en el coqueto escenario que Dani monta cada viernes para acoger a los aspirantes al premio final.
Diecinueve puede sonar a Maga, sí… suena a Niños Mutantes, suena a Skimo, te puede hacer evocar a La Habitación Roja o incluso a Malahora, sí… eso se podría decir tras una primera y superficial escucha (y con la intención clara, ya no de comparar –todas son odiosas- sino de homenajear y reconocer); pero cuando les ves en directo, defendiendo sus temas (y sus maravillosas letras en castellano), y viviéndolos (no sólo interpretándolos), te das cuenta instantáneamente de que Diecinueve suena, sencilla y llanamente, a Diecinueve. Y ésta es, precisamente, su mayor grandeza.
Desde 2006, cuando “Principio de Parsimonia” debutó en enero y luego tuvimos la suerte de verlos en Benalmádena, jamás otro grupo me había emocionado tanto en directo, nunca antes había tenido tantas ganas de que el “set-list” del concierto fuera interminable, de que la noche se prolongara hasta límites insospechados. Sin ser un crítico musical en sentido estricto (afortunadamente), me atrevo a decir que, al menos en la escena andaluza, Diecinueve hereda orgulloso el testigo del indiepop que los todopoderosos e insignes “Planetas” hace ya un tiempo comenzaron a ceder generosamente a la práctica totalidad de los grupos mencionados en el párrafo anterior.
Si la despiadada maquinaria del “colegueo” y de la industria mercantilista se duerme y se despista sólo lo justo, no será difícil, en cuestión de muy poco, escuchar hablar de este grupo al nivel que se merece; escuchar, en general, a este grupo, haciendo lo que mejor hacen, en los escenarios en los que un sitio de privilegio ya les está esperando…
Yo podré decir entonces (más henchido que ahora, pero igual de orgulloso): “…a mí me dedicaron un día “Glaciar”…”.....
Gracias Luismi por el regalo.
1 comentario:
Ojalá inventen ya el teletransporte... para el próximo concierto.
Estoy enganchada a las canciones de 19, son casi inmejorables!
No suena pretenciosa para nada esta entrada, simplemente es una parte más de tí.
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