Yo era un niño, y en sueños avanzaba con mi barca por un lugar donde nunca había estado. Predominaba el azul y el gris, hacía frío y estaba amaneciendo. Tras horas de navegar a la deriva, vi a lo lejos entre la niebla una gran figura blanca. Era la Luna, que aún latía con su halo blanco y desprendía olor a talco. Me acerqué y me iluminó toda la cara con su luz grisácea.
Poco a poco se fue sumergiendo en las profundidades del agua, y finalmente la vi quedarse en el fondo quieta y brillante. Me pareció tan absurda la escena, incluso en sueños, que me desperté.
Intenté retomar el sueño pero era imposible, así que me levanté y me asomé a la ventana. Aún era de noche, y allí estaba la Luna real, girando triste alrededor de la Tierra sin poder violar ni una sola ley física. Sentí que la había decepcionado con mi falta de credulidad, y que era yo el responsable de su prisión orbital.
Desde entonces la Luna no ha vuelto a pasearse por mis sueños.
2 comentarios:
Hola Elios!Enhorabuena y gracias por crear este fantástico espacio, al cual seré asidua. Me encanta la idea de poder unir la música con otras ciencias, pues posiblemente su interdisciplinariedad hace de la música un arte aún más sobreacogedor y magistral.
Me gusta mucho tu forma de escribir, pero este ha sido el relato que más me ha llegado; palabra perfectas para la bellísima música de Debussy.
Espero que te veamos pronto y puedas compartir con nosotros todo esto, y más. Emi.
Hola Emi!
Qué alegria ver que te gustan las cosillas que voy poniendo por aquí!... Tengo una cantidad inmensa de música clásica (y no clásica) para ir subiendo... Ya me irás comentando.
Gracias por el comentario, me das ánimos para seguir con esto!
Un beso y chao!
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