Me gustaría poder elegir lo que me gusta y lo que no, y es que cuando el querer y el poder coinciden, todo es más sencillo. Claro, que también todo es mucho más aburrido.
Me gustaría levantarme por la mañana, ver que hace un tiempo de perros, y decidir que me apetece que el día sea así. Llegar a desayunar, ver que no queda café, y decidir que lo que me apetecía era un colacao. Salir en coche de mi casa, y en vez de odiar un día más el tráfico de esta ciudad, decidir que quiero disfrutar agradablemente de las gotas resbalando por el cristal.
Me gustaría decir un lunes, "hoy me gustan los lunes", me gustaría mirar mi cuenta corriente, y decidir que me encanta tener poco dinero; eso sí, si cinco minutos después me toca la lotería, con la mayor frialdad, me gustaría decidir que entonces lo que me apetece es estar forrado.
Lo ideal sería escoger a la persona de la cual te enamoras, ¡la de sufrimiento que se ahorraría el mundo!. Claro está, que eso no lo decidimos nosotros... y sin embargo, podemos incluso poner patas arriba nuestra vida por culpa de alguien de quien nunca decidimos enamorarnos, sino que simplemente sucedió así de forma ajena a nuestra voluntad... ¿y quieren que me crea que soy yo quien decido mi vida?
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Aunque sinceramente, por otro lado me resulta tan insoportable la falta de contraste, la ausencia de tensión entre el poder y el querer, el ying sin el yang, que he de reconocer que todo lo que he dicho anteriormente es mentira. Aunque me gustaría que no lo fuera...
3 comentarios:
Es posible, todo eso es posible. Menos lo de enamorarse.
Son hilos diferentes, los que mueven el corazón y la cabeza. Además, el amor yo lo confundo a veces con la necesidad, con el deseo, con el vértigo, con la angustia, con el filo de la navaja... ¿Se puede decidir qué es el amor?
Me pasé por el almuerzo y decidí venir. Fue buena idea.
Saludos
"(...) y es que cuando el querer y el poder coinciden, todo es más sencillo. Claro, que también todo es mucho más aburrido."
Muchas veces eso pasa, pero lo cierto es que ahora mismo, en nuestro caso, el poder y el querer coincide, y para mí no está siendo nada aburrido, más bien todo lo contrario =)
es cierto que es una ilusión a veces aquello de que nosotros podemos decidir, pero francamente, a veces es maravilloso dejarse llevar... siamés ;)
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